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¿QUE ES LA VERDAD?

El más notable acontecimiento histórico en que se pone en duda la certeza de la verdad está ligado a la pregunta de Poncio Pilato a Cristo antes de entregarlo a la multitud:

"¿Y qué es la verdad?"

Según Santo Tomás de Aquino, "La verdad es la adecuación del intelecto con el ser, según diga ser lo que es, y no ser lo que no es.", de donde se sigue que la verdad no es algo más o menos misterioso que no se sabe donde está ni qué significa, sino simplemente una relación entre la 'mente' y la 'realidad'.

Ahora bien, tratándose de una relación 'bilateral', la verdad puede ser entendida tanto desde el punto de vista del 'intelecto' como del 'ser'. Desde el punto de vista del 'intelecto', hablamos de "pensamientos verdaderos" o de "la verdad del conocimiento", perspectiva que se refiere a la manera de alcanzar la verdad, llamada por eso 'verdad lógica'.

En cambio, desde el punto de vista del 'ser', decimos "esto o eso es verdadero", con lo que se afirma la veracidad del ser en sí mismo, llamada por eso 'verdad ontológica'.

El ser, en sí mismo, es siempre verdadero; no hay falsedad ontológica, pues lo que es, es, y lo que no es, no es. En cambio, la verdad lógica, que es el camino para alcanzar la verdad ontológica, bien puede fracasar si no procedemos con el debido rigor para lograr que el intelecto alcance la certeza del ser.

Aquí hay que considerar dos aspectos principales de la verdad.

El carácter absoluto de la verdad.- Desde un punto de vista puramente filosófico, la profunda confrontación en torno a la verdad reinante actualmente en el mundo deriva de que, a diferencia de las filosofías modernas –que desconfían de las capacidades humanas para alcanzar la realidad objetiva donde estamos insertos–, la filosofía del ser se funda precisamente en el reconocimiento y afirmación de la capacidad de la razón para alcanzar lo real y verdadero.

La unidad de la verdad.- En el terreno de la fe cristiana, y en estrecha relación con el punto anterior, el reconocimiento de la 'unidad de la verdad' es un aspecto fundamental doctrinario. Consiste en que lo que es verdad según la fe no puede ser falso según la razón ni viceversa.

Conforme a lo dicho, los cristianos que adhieren a concepciones ideológicas 'relativistas', como no pueden negar la existencia de una verdad absoluta –de hacerlo no podrían llamarse cristianos–, se ven obligados a contradecir frontalmente la visión cristiana de la verdad, mediante toda clase de artificios intelectuales.

Así, en unos casos, relegan a la verdad al ámbito exclusivo de la fe, en la confianza de poder liberar a la razón de toda exigencia absoluta, mientras que en otros, le otorgan una significación tan amplia, asociándola al amor de Cristo a todos los hombres, que la verdad pierde todo carácter específico y exclusivo. En el fondo, lo único que se busca es la comodidad de 'creer' como cristianos, sin perder la libertad de "pensar" como agnósticos.

 

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